Una alumna (ya en cuarentena, desde un zoom) me preguntó: “¿Cómo podemos hacer para tener ganas de ir a la escuela?”, refiriéndose a la escuela presencial, pero entiendo que también a la virtual. La conversación ocurría en el marco de un proyecto que se llama: “Diseño mi escuela”. Su pregunta disparó la aparición de un concepto clave hoy: “la motivación”. “¡Ésa es la palabra que no me salía!”, me contestó otro alumno de la clase. Difícil en este contexto del segundo año de pandemia…
La Real Academia Española define la palabra “motivación” como: “acción y efecto de motivar”, “conjunto de factores internos y externos que determinan en parte las acciones de una persona”. El problema se plantea porque se nota cada vez más la fatiga de los alumnos frente a demasiadas clases expositivas de algunos profesores, las entregas de trabajos tardías o la falta de entregas, las distracciones fáciles, y, con la virtualidad, la famosa “zoomfobia”: las cámaras apagadas o la ausencia definitiva del alumno en el curso. La tensión se produce cuando el profesor tiene como objetivo la participación activa y el cumplimiento de todas las tareas, por supuesto. Dicho de otro modo, esa controversia entre el “curriculum oficial o planificado y el curriculum recibido, que es la experiencia real de los estudiantes” (Kelly, 2009). Esta situación nos hace pensar en cómo aproximarnos a lograr un aprendizaje valioso en nuestros estudiantes.
Me gustaría abordar el problema desde la perspectiva del profesor, ya que, pienso que es desde este rol central de profesionales de la educación, de donde podemos encarar acciones que pueden cambiar la vida diaria tanto del docente como del alumno. Es imprescindible que los profesionales de la educación tengamos en cuenta la necesidad de la motivación. Esta perspectiva tiene claras limitaciones en lo que concierne al problema de las “ganas de asistir a clase”. Hay un “conjunto de factores internos y externos” que van a producir la motivación o el desgano, la atención o la ausencia y el aburrimiento…
Hay ciertos conceptos que para los alumnos pueden sonar tediosos como: “Sistema educativo”, “pedagogía”, “educación”. Todas estas palabras se originan en la necesidad de “ordenar”, “homogeneizar” a una población obediente a un orden social y político. El desarrollo de la escuela como agente de poder data desde el inicio de la modernidad, en el siglo XVI. Este proceso se acelera en el siglo XVIII y XIX, donde el campo pedagógico empieza a ejercer “gubernamentabilidad” sobre la sociedad. Este sistema estaba centrado en el profesor, no en el alumno, por lo tanto no buscaba su interés ni motivación.
El paso del siglo XIX al XX dio a la escuela el espacio pedagógico por excelencia. Fue la forma educativa hegemónica en todo el globo (Pineau y Dussel, 2001). Subsiste aún bajo un método enciclopedista, dividido por diferentes ciencias. Se basa en un método simultáneo y gradual. Cada grupo sigue un programa en cada asignatura, por lo tanto, semana a semana debemos ir “avanzando” para cumplir con todos los temas. Como profesora de Historia, soy testigo y parte de esa obligación de “cubrir” ese recorte cronológico que toca según el curso. Tanta rigidez desde ya no ha contribuido a la motivación de los alumnos. Lejos de ello, ha necesitado de mecanismos de disciplina. Las paredes de los edificios que albergan a la comunidad educativa, herederos de los monasterios; rígidas reglas de conducta, hasta castigos, que luego fueron prohibidos, pero que han formado cuerpos y mentes sumisos a la autoridad. “Me cansa estar tantas horas encerrada” reclamaba una alumna en esa clase.
Aquí la propuesta consiste en:
En primer lugar en ampliar nuestra mirada sobre el sistema educativo y sobre nuestro trabajo docente. El saberse parte de un sistema activo, debe movilizarnos a estar informados y atentos a la formación constante, a las nuevas pedagogías, a las experiencias de innovación y a comunicarnos con otros…
Una maestra sostenía: “en la diversidad está el gusto”.
Diferentes estrategias de enseñanza ayudan a disfrutar de la tarea diaria. No me refiero sólo a algunas que están tan en boga como el aprendizaje por proyectos o problemas, sino también a la incorporación al aula de varios aprendizajes que suceden fuera de la escuela. Instagram, You tube, Tik-tok, el uso de podcasts, es decir redes que hoy son máquinas de producir conocimiento, tal vez no cronológico ni ordenado, pero sí rápido, eficaz y adictivo. Recuerdo una clase de Historia sobre la conquista de América, donde les pasé a mis alumnos un trap mix tipo reggaeton, “Te coloniso”. No se la olvidan nunca. El aprendizaje tomó un lugar distinto, se metió por las manos, por el corazón y por la cabeza de la gente, ya no de “alumnos” solamente. “There is a lot of learning outside schools” (hay mucho aprendizaje fuera de las escuelas), dicen City, Elmore y Lynch. Con lo cual, entendemos que la escuela pasa a ser un espacio, entre muchos otros, donde se aprende verdaderamente.
Por último, la evaluación de ciertas competencias ayudan a crear expectativas en los alumnos sobre sus feedbacks o devoluciones. Los alumnos sienten que pueden mejorar y esperan la reacción de sus compañeros y de sus maestros frente a sus producciones. Podemos elegir algún o algunos criterios de evaluación basados en la colaboración en los trabajos grupales o en la comunicación en sus trabajos escritos y orales; el pensamiento crítico en escritura de ensayos con diferentes argumentos o en debates orales…, la ciudadanía que podemos poner en práctica en proyectos conectados con la realidad, el carácter si los estudiantes demuestran su capacidad de resiliencia. Finalmente, la creatividad es la salvación de los niños en tiempos de pandemia, a través del arte, la música, los juegos y el animarse a arriesgar y llegar al límite de la innovación.
Al salir, mis alumnos me dijeron: “¡Gracias, muy buena clase!”. Ésa es mi mayor motivación.
Artículo escrito por: Mercedes Vergara
En redes: @mechivergara en Instagram @mvergara70 en Twitter Mercedes Vergara en Facebook
Cuando a alguien se le ofrece la oportunidad de contribuir en un campo que no domina, rápidamente las emociones le inundan, tanto para bien, como para mal. Muchas personas incluidas yo, seguro que hemos rechazado oportunidades y aprovechado otras.
En esta ocasión, tengo el privilegio de comenzar “La semana de la música” en este blog de la asociación a la que pertenezco desde hace poco más de un año y de la que tan agradecido estoy, por rodearme de personas tan entusiastas, emprendedoras, motivadoras y expertas, cada una en su parcela. Algo de lo que, sin duda, me contagia y enriquece.
Como iba diciendo, yo, maestro con título, pero aun sin aula o como habitualmente digo, #MaestroSinPizarra, soy un apasionado de la NATURALEZA, del SENDERISMO y de la EDUCACIÓN en mayúsculas, pero mi rama es la educación física, por lo que la especialidad y el mundo de la música, se me queda muy lejano, siendo un simple observador o consumidor de la misma.
Os podréis preguntar entonces… ¿qué puedo yo aportar a esta semana dedicada a la música? Y volviendo al inicio, cuando se me ofreció la oportunidad de contribuir en un campo que no domino, las emociones me inundaron y pensé, que la naturaleza está desbordada de música y que, de alguna manera, tenía que compartir esa idea e intentar transmitirla a quien le interese.
Pongo en sobre aviso al lector que en esta entrada no encontrará información musical profesional, ni hablaremos de acordes o músicos expertos. No ofreceré, al menos en la mayoría del presente artículo, un exceso de información “googleable”, ni detalles musicales técnicos. No obstante, sí intentaré daros información curiosa que os haga pensar en la naturaleza e incluso buscar e indagar por vuestra propia cuenta. Os mostraré, desde mi experiencia, la complejidad que ofrece la naturaleza en referencia al tema que se nos presenta esta semana, la música.
Así que te invito, querido lector o lectora, a seguir deslizando la mirada a través de las letras de tu ordenador, tableta o teléfono móvil y llevar a tu mente lo que un humilde maestro de educación física ha escrito para ti.
ORIGEN
A tan sólo un clic, uno puede bucear por un mar de datos y encontrar una ingente información en torno a la música, descubrir los orígenes confusos de las primeras representaciones, así como su evolución a lo largo de la historia. Con tan solo poner “origen de la música” (entre comillas) en el buscador más conocido por todos nosotros, se le abrirá la oportunidad de disponer de más de doce millones y medio de resultados en los que encontrar información. Ésta podrá ser o no de fiar, por lo que le toca a quien navegue por este océano de información, contrastar y confirmar las fuentes a las que recurra.
Por tanto, en base al origen de la música, solo puedo deciros una certeza, sólo puedo arriesgarme a transmitiros algo, y ese algo es que no hay, aún hoy, conocimiento exacto del origen de la música.
Como podéis leer, yo no quiero bombardearos con información que vosotros mismos podéis buscar, sino que quiero transmitiros, en base a mi experiencia, dónde está esa música.
Quizá debamos antes conocer la definición de “música”. Según la RAE y entre todas sus acepciones, hablamos de música cuando se combinan tres elementos, como son la melodía, el ritmo y la armonía. Pues bien, cuando esos elementos consiguen recrear (o estimular) a nuestros oídos, haciendo que nuestro sistema límbico genere respuestas emocionales y transmitiendo esta reacción química por nuestro cerebro para interpretarla y así generar una respuesta psicofísica, es decir, por un lado, un sentimiento y por otro un escalofrío, una sudoración, una sonrisa e incluso un movimiento aún más complejo, es cuando podemos afirmar que hablamos de música.
De ahí que sea tan difícil, por no decir imposible, saber cuándo comenzó para nosotros el concepto de “música”. porque no sabemos con exactitud cuándo los estímulos de melodía, ritmo y armonía, presentes en la naturaleza, formaron parte de la conciencia del homo sapiens sapiens o si lo hizo antes con nuestros predecesores.
Lo que sí tenemos como certeza es que la música siempre ha estado presente en la naturaleza. Ha estado presente porque en ella encontramos una sucesión de sonidos que, por su manera de combinarse, resulta musical. Pero, además, desde que está presente la naturaleza en nuestro planeta, existe un orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas y finalmente, la música está presente en la naturaleza gracias a la proporción y correspondencia de unas cosas con otras en el conjunto que la componen, así comogracias a la unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes, que en ella se dan.
Como habréis podido apreciar, en cursiva tenéis las definiciones de los tres elementos que se combinan en el concepto de música y que, de alguna manera, están inmersos en el de naturaleza.
EVOLUCIÓN
Nuevamente nos encontramos con un tema complejo del que podemos encontrar más de diez millones de resultados a un solo clic. Pero quizá, lo más importante a este respecto, es saber que, en algún momento de nuestra historia dimos un salto evolutivo y comenzamos a tomar consciencia de la música existente en la naturaleza, incorporándola a diferentes partes de nuestro cerebro y utilizándola a nuestro favor gracias a la nueva capacidad adquirida,la creatividad. Comenzamos a imitarla, a reproducirla y modificarla a nuestro antojo, haciendo que ésta, fuese un componente social con un poder indescriptible. En definitiva, como describe Yuval Noah Harari en su magnífica obra “Sapiens”, la aparición de nuevas maneras de pensar y comunicarse, hace entre 70.000 y 30.000 años, constituye toda una revolución cognitiva. (…) lo que permitió pensar de manera sin precedentes y comunicarse utilizando un tipo de lenguaje totalmente nuevo.
A partir de ese momento o quizá mucho antes, comenzamos a utilizar la melodía, el ritmo y la armonía a nuestro antojo como elemento de comunicación y transmisión de conocimiento, convirtiéndose así en la expresión artística más antigua que se conozca de la humanidad.
Os invito a disfrutar de este vídeo cómico, de una de las secuencias más inolvidables de la película “El cavernícola” dirigida por Ringo Starr y con la que se resume, de una manera magistral, esta pequeña parte de nuestro salto evolutivo.
REENCUENTRO
Es impresionante cómo hemos llegado a utilizar y dominar el concepto “música” a lo largo de nuestra breve historia. Como hemos sido capaces de componer obras maestras de una complejidad impresionantes (https://www.youtube.com/watch?v=gkDbAWKkeX4) y a la vez, hacer creaciones musicales de una simpleza sorprendente que se nos queda grabado en el subconsciente y nos taladra cuando menos nos lo esperamos (https://www.youtube.com/watch?v=XqZsoesa55w&list=RDWdQ-alL8S7k&index=3).
La pregunta que a mí me ronda es, si seríamos capaces de dejar de mirarnos a nosotros mismos para volver la mirada o, mejor dicho, el oído, hacia la naturaleza, con el objetivo de no olvidar de dónde procede todo lo que hemos adquirido.
Y es que nos enfrentamos a un gran desafío, el de no descolgarnos o desvincularnos de la naturaleza como especie. Nos enfrentamos a una enfermedad que no es silenciosa, ni mucho menos y que hace que la especie humana, adquiera una hipoacusia ante los sonidos de la naturaleza.
Pedro Baños, militar y autor de obras tan impactantes como “El dominio mental” afirma que las sociedades cada vez están más narcotizadas, más adormecidas, siendo incapaces de tomar decisiones o tomándolas de forma inconsciente, pero dirigidos por la influencia del entretenimiento fácil. Todo ello merma nuestra capacidad para escuchar, para volver a nuestros orígenes, para volver a sentir la melodía, el ritmo y la armonía presentes en la naturaleza. Nos sumergimos en “un mundo feliz”, como el descrito en la gran novela de Aldous Huxley, donde habiendo ganado muchas cosas, hemos sacrificado o perdido otras. Ganamos en entretenimiento virtual, en la visualización y composición de obras musicales, pero… ¿a cambio de qué? ¿Sabemos disfrutar del sonido del viento en un bosque y de la composición musical que nuestras pisadas generan al caminar sobre las hojas secas bajo nuestros pies? ¿somos capaces de disfrutar del amanecer en silencio, escuchando como, en cuanto la luz del sol irradia el cielo, comienzan los cantos de los pájaros, como si de un espectáculo musical de inmensas proporciones se tratase? ¿Somos capaces de diferenciar, distinguir y discriminar los diferentes sonidos a los que nos exponemos cuando nos sentamos en una piedra y miramos al horizonte?…
Hay que hacer un esfuerzo por vincularnos de nuevo con la naturaleza, por redescubrir los sonidos y la música que en ella se encuentran. Porque si somos capaces de mantenernos unidos a ella, disfrutaremos y comprenderemos aún más, la música que nosotros mismos crearemos. Al fin y al cabo, todo lo creado por el ser humano, es una representación, una recreación, una copia de lo ya existente en ella.
MI EXPERIENCIA
Yo he tenido la enorme suerte de trabajar de guía en actividades de senderismo (y espero seguir teniéndola), ofreciéndome la oportunidad de poder acercarme cada fin de semana a la naturaleza, evadirme del entretenimiento fácil y caminar en busca de un objetivo visual o auditivo.
Cuando uno camina, cuando se esfuerza sin darse cuenta hacia el logro de una meta y ésta es una simple mirada al horizonte, o el estruendoso sonido de una impresionante cascada, se da cuenta de la imperiosa necesidad de volver a conectar. A nivel cerebral, la satisfacción de una recompensa como puede ser ir a un centro comercial y comprar un determinado artículo y otra, caminar doce kilómetros hasta un pequeño bosque de robles, es la misma, un chute de dopamina, pero el tiempo, el modo y la recompensa no son las mismas.
El agresivo sonido de una ciudad llena de coches y personas hablando en tonos desacordes, no tiene nada que ver con una dehesa extremeña, con un valle entre montañas ni con una senda junto a un río.
Cada entorno natural, dispone de una música diferente nada fácil de oír, una mezcla de sonidos, un caos de elementos sonoros que es necesario y que, nuestro cerebro, es capaz de asimilar; eligiendo, filtrando, obviando, eliminando o seleccionado a placer (o por nuestra programación genética y aprendizaje). Necesitamos del caos que nos ofrece la naturaleza, hoy más que nunca, pues somos capaces de encontrar la melodía, el ritmo y la armonía entre ese caos.
Sé que todo esto que acabo de escribir, es difícil de entender, sobre todo para quien no lo haya vivido. Lope de Vega, en su poema “Esto es amor” dice:
“Quien lo probó, lo sabe”
Y por ello, para ayudaros a entenderlo, me gustaría mostraros o justificar por qué necesitamos el caos existente en la naturaleza.
En mi bagaje entre congreso y congreso de educación, tuve la suerte de escuchar a Jaime Buhigas Tallón, hablando del orden y el caos, así como de la dicotomía filosófica de apolíneo y dionisíaco. En la gran ponencia en la que incluyó un piano, Jaime nos habló de la importancia de valorar el caos como un elemento positivo e imprescindible si queremos mantener el orden y la coherencia. Y es que nuestro cerebro en conexión con los sonidos de la naturaleza es capaz de ordenar o seleccionar la ingente cantidad de ruido, de estímulos, haciendo que el caos sonoro convierta lo aleatorio en algo organizado, predecible, estable, donde sentirse cómodo e incluso en el que valorar la belleza. El caos, por tanto, como dice Jaime Buhigas, no es malo, simplemente no es bello. Es nuestra mente, cuando se siente segura, cuando ha adquirido experiencia y convivido con los elementos sonoros, cuando considera el caos acústico existente en la naturaleza o las imágenes, como un elemento de inconmensurable belleza.
Charla de Jaime Buhigas en ENAP 2015
Mi experiencia a lo largo de tantas excursiones con grupos, me ha permitido hoy en día, ser capaz de ver belleza en la multitud de sonido a los que he estado expuesto. Es cierto que nunca he ahondado en ellos, especializándome o adquiriendo una competencia concreta, pues tengo grandes compañeros y compañeras de trabajo, por ejemplo, que son capaces de discriminar el canto de un pájaro y nombrar o saber la especie que están oyendo.
Poder cerrar los ojos y escuchar el soplo del viento meciendo las hojas de un chopo, oír el crujir de las hojas secas del otoño o el de la nieve al compactarla con nuestros pasos, oír el sonido de los animales desconocidos rompiendo el silencio de la forma más elegante posible, oír el recorrer y caer del agua de un río desde su nacimiento y en el transcurso de su juventud… todos esos sonidos que mi oído capta y transforma en señales electroquímicas para que mi cerebro lo interprete y responda, está colmado de belleza. He sido capaz de reorganizar el caos existente fuera de mi e interiorizarlo como una bella sinfonía.
La naturaleza tiene mucho que ofrecernos y eso que, a veces, pensamos que ya está todo inventado. En ocasiones, tengo la sensación de que el ser humano quiere huir, independizarse y despegarse de la madre naturaleza, como si de un adolescente queriendo huir de sus padres se tratase. Deseamos ser autosuficientes, no depender de ella y por ello inventamos nuestra propia música, al igual que queremos obtener nuestros propios recursos. Pero estoy convencido que, como en la vida misma, llegará un momento en el que ese adolescente madurará y volverá al vínculo materno en busca del amor de madre, en busca de un abrazo bajo la excusa de un “tupper”. Creceremos y nos haremos adultos, dándonos cuenta de que, aunque queremos ser libres e independientes, también querremos estar presentes y acompañados por nuestros padres y entonces, juntos, diseñaremos la mejor obra musical jamás oída.
LA MÚSICA DE LA NATURALEZA
Richard Louv, padre fundador de lo que hoy se investiga como Trastorno por Déficit de Naturaleza y que no es otra cosa que una puesta de cartas sobre la mesa de los beneficios que supondría mantener un contacto con un entorno natural, es autor de la obra “Vitamina N”, título muy sugerente que nos invita a adquirirla saliendo a caminar por entornos naturales y para lo cual nos ofrece una serie de propuestas.
Eso, querido lector querría hacer yo ahora contigo. Me gustaría invitarte a salir a un entorno lleno de sonidos, a un lugar donde el ruido es mucho menos molesto que el de la ciudad y donde tu mente, podrá respirar, descansar y conectar de nuevo con la realidad a la que está acostumbrado. Porque no olvidemos que la composición genética de nuestras mentes está más acostumbrada a la naturaleza, con la que ha convivido durante cientos de miles de años que, a las ciudades modernas, las cuales apenas llevan unos cientos de años.
Me gustaría que te atrevieras a dar un pasito más, querría invitarte a navegar, por última vez, entre las líneas que se desarrollan en este blog y descubrir sonidos imperceptibles que están presentes en la naturaleza y que gracias a nuestra capacidad creativa empezamos a conocer. El inicio de una bonita canción que quizá nos lleve a alcanzar un nuevo conocimiento y a entender quela música y la naturaleza, son una asignatura principal de nuestra vida.
Seguramente a estas alturas ya sepas o intuyas que la naturaleza habla constantemente, sea por encima o bajo tierra, ésta utiliza sonidos, olores, señales y vibraciones. Son redes conectadas con todo ser viviente, incluido nosotros, el ser humano.
Esta afirmación que acabo de realizar es una idea que no suele convencer, pues eso de que podamos percibir y entenderlas interacciones de la naturaleza se topa con cierto escepticismo por parte del ciudadano medio, pero la ciencia lo tiene claro.
Suzanne Simard es ecologista forestalcuyas investigaciones se han centrado en cómo ciertos organismos que viven en el suelo, especialmente los hongos, ayudan a los árboles. Ha demostrado que algunos hongos viven dentro y entre las raíces de los árboles formando micorrizas (literalmente “raíces de hongos”). Éstos ayudan a los árboles a adquirir nutrientes y agua del suelo a cambio de carbono, pero sus investigaciones han ido más allá, descubriendo y demostrando, ya desde 1997 y junto a un elenco equipo de investigadores, que los árboles están conectados entre sí a través de una red subterránea de hongos micorrícicos.
Para entenderlo mejor, mientras que nosotros tenemos internet (www), ellos tienen una red micelial “www” de los bosques (Wood Wide Web, expresión acuñada por el botánico David Read).
Parece pura fantasía, pero hoy, el ser humano puede afirmar que esta red permite a los árboles comunicarse entre ellos, aparentemente transfiriendose carbono, nutrientes y agua entre sí, pero esa comunicación va mucho más allá.
¿Habéis visto Avatar? Pues seguro que cuando leáis lo siguiente os suene. Simard en sus investigaciones en referencia a esta vía de comunicación ayudó a describir algo llamado árbol central, o “Árbol Madre”, que son, nada más y nada menos, que los árboles más grandes en los bosques que actúan como centros neuronales. Apoyan a los árboles o plántulas más jóvenes al infectarlos con hongos y transportarles los nutrientes que necesitan para crecer.
Quizá descubramos algún día que, entre esa comunicación, existe todo un lenguaje, incluido el musical. Quizá descubramos que los bosques cantan y componen música también para entretenerse o disfrutar de los acontecimientos que les rodean.
¡Espera, quizá ya lo hayamos descubierto!, ¿no te lo crees?
David George Haskell es biólogo, escritor y profesor de biología estadounidense, aunque nació en Gran Bretaña. Ha escrito artículos de opinión, ensayos, poemas, artículos científicos y libros tan recomendables como: “En un metro de bosque”, en el que durante el transcurso de un año estuvo examinando un único metro cuadrado de un bosque de Sewanee, en Tennessee y cuyas observaciones, le supusieron ser finalista del premio Pulitzer de 2013 y “Las canciones de los árboles”, ideal para esta semana de la música. Un libro que trata, de las conexiones con las redes biológicas que rodean a los árboles y los sonidos que surgen de estas interacciones.
Pues bien, lo que David G. Haskell nos muestra, no deja de ser una pequeña orientación de lo que se está descubriendo de la naturaleza.
Todo un equipo de investigadores, dirigidos por Itzhak Khait, de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, nos confirmaron, hace apenas unos meses, el año pasado, que el reino vegetal, las plantas, emiten ultrasonidos cuando desarrollan ciertas acciones.
Hemos empezado a entender parte del lenguaje del reino vegetal. Se ha demostrado cómo, gracias a la red micelial y a los ultrasonidos que emiten las plantas y árboles, se comunican y se defienden de parásitos, haciendo que la composición química de sus hojas se vuelva más amarga o dulce según su interés. Se ha demostrado como ciertas especies, aves e insectos que si oyen los ultrasonidos emitidos por las plantas y los árboles, acuden a éstos cuando son llamados. Se ha demostrado como “gritan” cuando son podados. Se ha demostrado como, entre especies arbóreas, no solo compiten, sino que también colaboran. Se ha demostrado como, árboles que en teoría deberían haber muerto, porque no tienen posibilidad de realizar la fotosíntesis, sobreviven año tras año gracias a la colaboración y ayuda de sus congéneres e incluso de otras especies y reinos. Se ha demostrado cómo los árboles madre ayudan a sus retoños y a los de los demás, transfiriendo información y alimento… Se ha demostrado y se demostrará, pues no me cabe ninguna duda, que la música está presente en la naturaleza y que sólo nos hace falta aprender a oír.
David G. Haskell afirma lo siguiente “Sal fuera. No vayas a un lugar especial, vale con que salgas a tu barrio. Abre tus oídos y percibe los sonidos de tu alrededor”. Yo, quiero ir más allá. Como el título de mi cuento #QuieroCambiarElMundo.
Quiero motivarte a descubrir, como si fueras un niño, LA NATURALEZA, salir sin miedo, a vivir una de las mejores aventuras de nuestras vidas.
Quiero animarte a descubrir la belleza musical que ocultan los bosques, los valles, las montañas y las costas.
Quiero que conozcas los cañones de caliza surcados por el agua durante siglos y llevarte a las cimas de las montañas más cercanas y accesibles.
Quiero que sientas el encanto de esos pueblos abandonados y veas las hojas del otoño caer.
Quiero que escuches la música que las hojas producen al ser mecidas por el viento.
Quiero que disfrutes de la armonía del silencio del invierno.
Y no por último, sino para invitarte a disfrutar de esta semana de la música de este blog, quiero acompañarte en el descubrimiento de escuchar el maravilloso concierto de las estaciones, donde millones de instrumentos, como el surcar del agua, el movimiento de los árboles, el canto de las aves, el volar de los insectos y la sonrisa de un niño… se unen para formar lo que hoy se nos resbala de las manos, LA NATURALEZA.
Autor: Julio Morales Rosales (colaborador externo a la asociación)
En estos tiempos dónde la educación online se ha impuesto, nos hemos encontrado con dificultades para encontrar herramientas en español para continuar con las clases. Vamos a describir varias herramientas web para enseñanza online agrupándolas según su uso.
Herramientas para dar clase:
Google Classroom:
Desde esta Gsuite de Google podemos crear aulas con los alumnos. En cada una el profesor puede asignar tareas con texto, audios, fotos y vídeos. También puede poner avisos, crear encuestas o recibir respuestas de los alumnos.
Para impartir clases en vídeo podemos usar esta herramienta que permite vídeo chat hasta 250 personas a la vez , ideal para dar clases a los alumnos online.
Lo podemos usar desde Google Classroom pero esta herramienta puede ser usada independientemente para crear exámenes que se corrigieran cuando alumno no nos envié de forma automática. También nos dará una serie de estadísticas con los resultados de los test. Aunque hacer el primero test nos lleva mucho trabajo , una vez aprendido ya podremos hacer los exámenes más rápido.
En esta web la principal ventaja es que tiene funcionamiento más simple y no necesita registro. Además los alumnos nos enviarán lo resultados hechos por email y podremos comprobarlos. También es más fácil de utilizar para los alumnos y el profesor.
“No hay una metodología única, sino un conjunto de metodologías para cada momento, área…”
Maestra de Primaria y Música, grado medio de piano en el conservatorio profesional de música. Cree en la educación musical como parte imprescindible en el desarrollo integral del niño.
Ayer
¿Cómo fue su etapa de estudiante?
De niña me encantaba ir al cole. A pesar de que mi época escolar la pasé de colegio en colegio, recuerdo que me encantaba llegar a casa y hacer los deberes, pintar, leer… en definitiva puedo decir que como estudiante fui feliz y me gustaba ir al colegio.
¿Qué recuerda de ella?
Recuerdo a mis compañeros/as, los concursos de cálculo mental, las excursiones, y sobre todo las clases de piano y las horas de estudio en casa.
¿Algún profesor especial?
¿Positivo? hasta mi época del instituto no recuerdo a ningún profesor. En 1° de bachillerato tuve a Julián, mi profesor de historia del arte, que me enseñó que el arte de estudiar era disfrutar lo que aprendías, el gusto por el estudio. Y mi profesor de historia: don Ceferino. ¡Eso sí que era un buen locutor! Pero la profesora que de verdad marcó un antes y un después fue Lourdes Salaverria Caperochipi, mi profesora de agrupaciones instrumentales, y esa ya me dio clase en la universidad.
¿Cómo fueron sus inicios en la enseñanza?
Pues gracias a mi profesora de piano me di cuenta de que la enseñanza debía ser algo diferente a todo lo que yo vivía, y gracias a la directora de mi coro, ya con 19 años empecé a dar extraescolares, hacer de monitora, y empezar a dar clases de piano y lenguaje musical. También corregía libros de texto de música para editoriales.
Hoy
Palabra que define su trabajo: ilusión
Proyectos actuales:
Actualmente tengo varios proyectos entre manos: Por un lado, llevo la secretaría y la vicepresidencia de la asociación Míranos y Únete (para la cual tengo el placer de hacer esta entrevista). Es un proyecto que empezó hace un par de años y que cada vez me da más satisfacciones. Por otro lado, llevo varios años desarrollando un método de piano colectivo que muy pronto saldrá a la luz. Recientemente he comenzado a formar parte del coro Gospel Bilbao, por lo que en un futuro no muy lejano comenzaré de nuevo a dar conciertos, es algo que me hace especial ilusión ya que dejé de cantar hace años para ponerme a dirigir y volver a ser vocal de nuevo me llena la tripa de mariposas. También he comenzado a formar parte de un proyecto que se llama Didacland, en el que se pretende desarrollar una plataforma de libre acceso para docentes que tenga materiales diversos clasificados por labs, y que pueda tener una búsqueda más visual y simplificada. Como una especie de Google destinado a docentes. Por último, un proyecto llamado “Creando Docentes del cambio” junto con David Montejano, dedicado a dar formaciones y consultoría educativa a centros que lo soliciten. Y pequeños proyectos más puntuales como la edición de cuentos infantiles, el voluntariado que llevo a cabo para la ONG Agua de Coco…
Metodologías que utiliza:
No creo en una metodología mágica que funcione y sea la definitiva, sino que me gusta aplicar diversas metodologías en función de lo que se vaya necesitando en el aula.
El aprendizaje cooperativo me gusta bastante e intento aplicarlo todo lo que puedo. También desarrollo algún que otro proyecto de gamificación, uso apps variadas, RA, Aprendizaje basado en juegos, técnicas y herramientas para trabajar la educación emocional (tan necesarias por cierto) …
Mañana
Haz un guiño a la educación:
Creo de todo corazón que otra educación es posible. Decidí ser maestra porque considero que el buen funcionamiento de un país depende sólo y exclusivamente de sus ciudadanos, y éstos deben ser personas con una visión más allá de sus egos.
Creo que ser docente es mucho más que introducir conocimientos. Es nuestra responsabilidad crear motivación, ilusión y pasión en nuestros alumnos, para que el día de mañana, hagan lo que hagan, sean conscientes de las decisiones que tomen, y desempeñen sus funciones y desarrollen su vida con motivación, ilusión y pasión.
Especial ponente en el II Congreso de Influencers Educativos
En realidad, mi participación en el congreso no es una ponencia como tal, ya que con la organización tengo más que suficiente, pero quería aprovechar la ocasión para presentar a los asistentes el proyecto de hermanamiento entre escuelas de España y Madagascar que tiene la ONG para la que colaboro. Es un proyecto de educación en valores precioso que desarrolla relaciones de igualdad y respeto entre países norte-sur. ¡Seguro que les encanta!
“Es necesario un cambio en la educación universitaria de nuestro país.”
Maestro de Primaria y Música. Creador del canal de YouTube Canta y Aprende.
Ayer
¿Cómo fue su etapa de estudiante?
Mi etapa de estudiante fue una etapa bonita. Procedo de una familia muy humilde y para mí el colegio era un lugar mágico donde podía aprender, donde disfrutaba.
¿Qué recuerda de ella?
De niño recuerdo que me aburría bastante en clase porque aprendía demasiado deprisa, por encima del ritmo de mis compañeros. Recuerdo maestras y maestros que se preocupaban por mí no solamente en el plano académico, sino también en el personal y humano.
¿Algún profesor especial?
Me quedo con un pedacito (para bien y para mal) de todos los profesores que he tenido a lo largo de mi vida.
¿Cómo fueron sus inicios en la enseñanza?
Fueron duros, clases difíciles, con alumnos complicados. Pero con increíbles compañeros de trabajo que me apoyaron, me dieron consejo y me ayudaron en mi comienzo como maestro. Jamás olvidaré todo lo que he aprendido de ellos.
Hoy
Palabra que define su trabajo: cambio
Proyectos actuales:
Doy clase en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense e investigo el impacto de las nuevas tecnologías en la educación actual. Mi gran proyecto es conseguir cambiar la mente de los futuros docentes que pasan por mis clases, para transformar la educación, y, por consiguiente, mejorar la sociedad. Compongo canciones educativas para aprender cualquier cosa en mi canal de Youtube Canta y Aprende (https://www.youtube.com/channel/UCkx-ka5ALtlNpoAXEw7U_-Q), donde, además, subo vídeos sobre educación y música de una manera divertida. Actualmente mi canal de Youtube tiene cerca de 15 mil suscriptores y ronda los 3 millones y medio de visualizaciones. Dirijo también un musical que se representa, entre otros lugares, en cárceles. El proyecto pretende transformar la vida de los presos dándoles esperanza a través del arte y de la música.
Metodologías que utiliza:
La metodología que más me caracteriza es la “pedagogía musical”, término que he acuñado para definir el aprendizaje a través de la música. Pero por supuesto, también utilizo y enseño otras metodologías que tienen un fuerte impacto entre los más jóvenes, como es la gamificación.
Mañana
Haz un guiño a la educación:
Espero conseguir un cambio en la educación universitaria de nuestro país, que se eduque a los futuros maestros en las herramientas que deben utilizar en la escuela actual, abriendo los ojos de los futuros maestros a las nuevas metodologías, el uso de las tecnologías y el desarrollo de todas las dimensiones del ser humano, por supuesto también la emocional.
Especial ponente en el II Congreso de Influencers Educativos
En mi ponencia aprenderemos desde una perspectiva teórica y práctica el uso de la música como vehículo de aprendizaje de cualquier contenido, competencia y valor para cualquier etapa educativa.
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