El día 3 de diciembre se celebró el día de las personas con Dis-capacidad y es en diciembre cuando los maestros estamos de lleno en el proceso de evaluación. Es éste uno de los momentos donde se puede marcar la diferencia entre ser un aula inclusiva o no, porque… ¿de qué nos sirve tener un montón de estrategias y metodologías molonas en nuestra aula, si luego evaluamos de manera tradicional y poco inclusiva?
Un ejemplo claro sería haber hecho un súper proyecto de matemáticas, donde los niños han aprendido el tema de geometría fenomenal, además han investigado, lo han enlazado con otras asignaturas, cada uno ha aportado desde su propias capacidades…, pero para terminar, ponemos un examen escrito. El proyecto y su seguimiento sería suficiente para poder evaluar las competencias de nuestro alumnado y los contenidos que han aprendido.
Nos seguimos centrando en el examen porque creemos que es la única forma de demostrar lo que han aprendido, pero nada más lejos de la realidad.
Hay muchísimas formas de evaluar más allá del control escrito. Cuanto más diversificada sea nuestra evaluación, más inclusiva será.
Pero ¿qué otras formas de evaluar podemos llevar a cabo?
Portafolio del alumno/a. Nos permite hacer un seguimiento del proceso de aprendizaje. Está vivo, ya que es de ida y vuelta y el alumno pude ir corrigiendo y modificando dentro de unas fechas señaladas. Ayuda a la autoevaluación y a la planificación.
Rúbricas. Cada vez se usan más y es una gran herramienta ya que evalúa más allá del contenido, determinando los distintos niveles de “calidad” de un proyecto, aprendizaje. El alumnado debe conocer la rúbrica con la cual va a ser evaluado, así tendrá un feedback de su aprendizaje.
Dianas de autoevaluación: Son perfectas para que el alumnado sea consciente de sus propios progresos.
Exámenes cooperativos: Dentro de las técnicas cooperativas, es una forma muy interesante de evaluar, ya que el grupo tendrá que resolver la prueba como equipo.
Si estas técnicas nos da vértigo, pensemos que si vamos a hacer una prueba escrita, no tiene que ser la misma para toda la clase. En un aula pude haber diferentes modelos de examen escrito, atendiendo a la diversidad de nuestra aula, y esto no es para que todos “aprueben” como a veces escuchamos los maestros de PT, sino para que todos y todas tengan acceso a una evaluación justa y acorde a sus necesidades.
¿Os acordáis de las canciones que cantabais en vuestra infancia? ¿y de aquellas canciones que cantabais en la escuela?
A todos los niños y niñas les gusta cantar y a todos les mueve la música. Es algo innato al ser humano el tararear cancioncillas y es algo cultural transmitir saber con las canciones tradicionales, forma parte de nuestro legado cultural.
En nuestros coles vemos como en Infantil cantan todos los días y con esas canciones y retahílas nuestros niños y niñas aprenden los días de la semana, fenómenos atmosféricos, onomatopeyas, números…
Pero con las canciones se trabajan muchas más cosas, que no sólo son válidas para la etapa de Infantil o los primeros cursos de la Primaria.
Algunos de los beneficios de cantar son:
Ayuda a estimular el lenguaje. Con las canciones se trabaja pronunciación, vocabulario, semántica… sin apenas darnos cuenta. Puede favorecer a aquellos niños con un retraso en el lenguaje o con dislalias.
Ejercita la memoria. Aprender canciones y retahílas nos ayuda a reforzar la memorizar. Muchos hemos aprendido vocabulario en inglés o el abecedario cantando. Hacer el aprendizaje divertido y ameno ayuda a que se ancle y a que sea más duradero. Es mucho más fácil recordar una canción que un texto o listado de palabras.
Puede favorecer la psicomotricidad. SI nuestras canciones van acompañadas de movimientos sencillos reforzamos aspectos psicomotores como coordinación, esquema corporal, autoconcepto… Por tanto, no solo es que bailar y cantar es divertido, sino que favorece el desarrollo motriz de los niños.
Refuerza la cohesión y pertenencia de grupo. Cuando todos los niños cantan y bailan a la vez se sienten pertenecientes al grupo. Todos están cantando la misma canción, divirtiéndose y disfrutando juntos. Esto conlleva que los niños refuercen esos lazos de unión, máxime si hay una canción que sea la favorita de todos y siempre se cante en el aula.
Mejora nuestro estado de ánimo. La música ejerce un gran poder sobre nuestro estado de ánimo. Nos ayuda a canalizar emociones y nos transmite distintos sentimientos.
Desarrolla la imaginación. La música nos puede hacer viajar, al igual que un libro. Las canciones nos ayuda a crear imágenes en nuestra mente y a imaginar diferentes escenarios, personajes o situaciones.
Con todos estos beneficios, entre otros, sería lógico que en nuestras aulas hubiera más canciones y no dejáramos de cantar nunca, independientemente de la edad.
Llevamos cuatros días de confinamiento y las mamás y papás, junto con los profes, están haciendo malabares para que sus hijos sigan aprendiendo y avancen dentro de lo posible en el curso escolar.
Todos nos estamos volcando ante esta situación. Las redes están llenas de recursos gratuitos para ayudar en el trabajo de los profes, de las madres y padres.
Pues bien, para facilitar un poco las cosas os voy a dejar por un lado enlaces a páginas que nos pueden servir para encontrar actividades, manualidades, etc…
Pero también os voy a aportar mi granito de arena, mis propias actividades para hacer en casa. ¿Estamos listos?
RECURSOS EN LAS REDES
Cada vez hay más y más webs que ofrecen recursos educativos, además de maestros/as que ofrecen sus materiales de manera gratuita, así como mamás creativas que comparten con mucho cariño actividades y manualidades para hacer en casa.
Aquí os dejo mi selección entre todas ellas:
1.Orientación Andújar: web de recursos educativos accesibles y gratuitos. En esta web podréis encontrar múltiples actividades, organizadas por áreas.
2. Actiludis: en esta web encontraréis múltiples recursos descargables. Especial mención a los materiales de matemáticas, de ABN.
3. Mundo Primaria: web con multitud de actividades y juegos online, organizados por cursos y áreas.
4. Thinksforkids: Instagram del maestro Raúl Bermejo, lleno de ideas creativas para poder realizar con los niños.
5. Entre nubes especiales: Instagram de una maestra de Pt con ideas creativas, recomendaciones de libros y juegos. Algunos materiales se pueden elaborar en casa.
6. School en casa: Instagram de una mamá que educa desde casa, con ideas de cómo va trabajando las distintas asignaturas.
6. Primero de Carlos: recopilación de blogs desde primero a sexto de pirmaria con materiales descargables.
7. La calesa: esta editorial lanza materiales gratuitos durante este aislamiento. Está organizado por cursos. Gracias.
MIS ACTIVIDADES
Mi granito de arena no va encaminado a dejaros fichas, ni materiales, tendréis de sobra y debidamente organizados por parte de los profesores que diariamente están pendiente de sus alumnos.
MI granito de arena son unas recomendaciones:
— Además de mantener una rutina y tener un horario flexible, es el momento de dar responsabilidades dentro de casa, hacerlos partícipes de las tareas de hogar. Pueden ayudar en la cocina, leer recetas y llevarlas a cabo, ayudar a limpiar y mantener su cuarto ordenado. Así siguen instrucciones orales (los más pequeños) y aprenden que la casa es de todos.
– Juguemos, juguemos juntos, a juegos de mesa y a juegos de toda la vida. Juguemos a adivinar películas, a imitarnos unos a otros, a qué tengo en el coco, al teléfono escacharrado… jugar educa, jugar enseña.
– Hagamos deporte y actividad física: podemos bailar, hacer yoga, rutinas de ejercicios sencillos… los niños necesitan moverse y en casa, también pueden hacerlo.
– La casa puede ser un espacio divertido: hagamos búsquedas de tesoros, juguemos al escondite…
– Dejemos volar la creatividad: pintar, dibujar, crear cuentos en familia, hacer un teatro, hacer manualidades con material reciclado, escribamos un cómic…
– Veamos cine en familia: podemos hacer sesiones de cine una o dos veces en semana, con su respectivo debate, sobre si nos ha gustado o no la película.
– Creemos un rincón de lectura y un momento del día para leer.
– Y por último: expresar cómo nos sentimos; dotemos a nuestros niños de herramientas para expresar como se sienten ante esta situación. Podemos hacer además pequeñas sesiones de relajación. Buscar momentos de tranquilidad, usando diferentes materiales como los tarros de la calma, materiales sensoriales, o incluso sesiones guiadas de relajación para niños.
Espero que os sirvan estas ideas para llevar mejor estos días.
La mayoría de los cuentos comienzan igual, “érase una vez…”, “en un tiempo lejano…”, “había una vez…,” y todos recordamos los cuentos que tradicionalmente nos han contado con tanto amor nuestras madres/padres, nuestras abuelas/abuelos o nuestras maestras/maestros, o que hemos leído cuando nos iniciábamos en la lectura.
Todos recordamos Caperucita Roja, La Bella Durmiente o El Patito Feo y todos recordamos los personajes de los cuentos tradicionales.
Ahora, ya de mayores, tenemos claro que los cuentos nos marcan, nos enseñan y nos educan. Tienen poder de captar atención, de hacernos volar a otros mundos y sobre todo de inculcarnos valores y enseñanzas.
Los cuentos tradicionales se escribieron en otras épocas, dónde el rol de la mujer y del hombre eran totalmente distintos a los actuales, por lo que se enseñaba en esos cuentos era correcto para la época. ¿Qué se esperaba? pues que la mujer buscara al “príncipe azul”, el amor romántico, que la mujer se comportara de una manera determinada y que el hombre fuera valiente.
Desde una perspectiva de género, si nos paramos a analizarlos, muchos de los cuentos tradicionales hablan de mujeres sumisas o mujeres “malas” (la madrastra, la bruja…) y los hombres son príncipes, salvadores, que nos rescatan. En definitiva se pueden considerar sexistas.
Con todo esto no quiero decir que nuestras niñas y niños dejen de leer esos cuentos tradicionales, pero si lo hacen buscar siempre la enseñanza positiva (que siempre hay). Depende del adulto que esa enseñanza se haga de forma responsable porque los cuentos, como he dicho educan, y esos cuentos tradicionales tienen valores que no hay que dejar de trabajar.
¿Cómo podemos leer o trabajar esos cuentos para que eduquen en igualdad?
1. Podemos leer el cuento y después escribirlo cambiando el rol de los personajes.
2. Podemos representarlo cambiando los roles.
3. Podemos escribir un final alternativo.
4. Con los más mayores, podemos analizar los personajes y atribuirles nuevas características.
5. Podemos buscar y analizar las enseñanzas positivas.
6. Imaginar nuevas situaciones dónde los personajes tengan que resolver el problema en equipo.
Por otro lado hay muchísimos cuentos y libros que educan en igualdad, que están escritos desde la perspectiva actual, donde se pretende inculcar respeto, que todas las niñas y niños, en definitiva son iguales.
Dónde la princesa puede ser valiente, el lobo miedoso, la madrastra buena y el príncipe sensible.
No voy ha hacer un listado de éstos cuentos o libros ya que hay infinidad de páginas webs y blogs dónde se encuentran repositorios de éstos maravillosos libros.
Os voy a nombrar un libro, porque ha marcado las noches de mi hija: Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes 1 y 2. Autora: Elena Favilli, edad: 7 a 12 años.
Y, ¿por qué ha marcado a mi hija? porque ha descubierto, palabras textuales de ella, “que hay y ha habido a lo largo de la historia un montón de mujeres que demostraron que sí podían, que sí pueden ser lo que quieran. Porque todos, hombres y mujeres podemos ser lo que queramos”.
Para ver más libros de este tipo os dejo unos enlaces, dónde podéis ver los cuentos y edades recomendadas:
Es nuestra obligación como maestras y maestros, es nuestra obligación como personas educar a nuestras alumnas y alumnos, a nuestras hijas e hijos en Igualdad y construir entre todos una sociedad más justa.
Todos recordamos canciones infantiles o canciones o soniquetes que nos hicieron más fácil memorizar algún aprendizaje.
La música es de vital importancia en en el desarrollo de los niños, no solo porque crea conexiones neuronales, activa el cerebro y genera dopamina (que no es poco). Sino porque nos hace sentir, nos hace crear, nos ayuda a relajarnos o nos invita a movernos.
Por todo esto la música debería ser un elemento imprescindible en las aulas, y salir más allá del aula de música.
En mi aula de apoyo la música forma parte del día a día.
Por una lado ponemos música relajante para establecer tiempo de trabajo en mesa. Ayuda a reconocer la situación, centrar la atención y gestionar el tiempo de la actividad,
Por otro lado usamos la música en las sesiones de relajación y yoga. Aquí la música es elemento principal de la sesión, pues nos adentra en ella y nos ayuda a centrarnos en nuestro propio cuerpo. Además cuando hacemos la relajación hacemos ejercicios de distinguir entre sonido y silencio (silencio para escuchar tu propia respiración).
También usamos la música para “bailar” y jugar, Las sesiones encaminadas a mejorar la psicomotricidad son mucho más productivas si tienes una canción o una melodía que te guíe y te marque los movimientos.
Por último en mi aula no falta el ritmo. Escuchamos música, bailamos, pero también hacemos ritmos con nuestro cuerpo (para ayudar a mejorar el esquema corporal, entre otras muchas cosas), con los tubos pentatónicos y con todo aquello que sea susceptible de ser golpeado y generar sonido.
Y vosotros/as, ¿cómo usáis la música en vuestras aulas?
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