BRAVO POR LA MÚSICA

“Bravo por la música que nos hace mágicos…”
Quién no ha escuchado alguna vez esta canción. Yo, personalmente, no tengo duda de esta afirmación. A lo largo de mi vida he ido comprobando que así es. Quizás , por esta razón, la música ha sido y es parte de mi vida desde, incluso, antes de mi nacimiento y, también, quizás a ello me dedico de forma profesional a enseñar y compartir este maravilloso regalo y legado.
La música es” multiusos”; sirve para cualquier tiempo, lugar, momento, contexto, situación… Es un gran alimento y herramienta tanto para el alma, el espíritu, la mente , el cuerpo y el corazón. A través de mi experiencia, gracias a la música y, a través de ella, he recibido una herencia; la historia de mi famiñlia, de mi cultura, de mis costumbres … y me ha ayudado a anclarme en la Tierra, en mi mundo y echar raíces fuertes para crecer conociendo mis orígenes.
Agradezco sinceramente a mi padre toda la música que desde pequeña he escuchado, toda esa cultura, ese código, esa historia y esa sensibilidad acrecentada por todo ello. Estoy, igualmente agradecida a mi abuela y a todos sus “cantares” , como ella los llamaba, que me conectaban con una tierra, unos lugares, unas vivencias que pertencían a unas personas que no conocí en vida pero a los que me sentía unida.
Tanto es mi agradecimiento que participé como miembro en un grupo de maestros cuya misión y labor era desempolvar canciones de tiempos pasados y este legado , este gran cúmulo de historias valiosas y antiquísimas, a su vez, las transmitíamos a nuestros alumnos.

La música es mágica, en verdad,. Transciende al tiempo y pasa de unos seres humanos a otros, acrecentando la memoria, las raíces y vínculos entre ellos. Esto contribuye a un mayor conocimiento de quién eres, de dónde procedes y te da identidad y fuerza para desarrollarte más ampliamente como ser humano.
Nutre y alimenta todos los aspectos de nuestro Ser: a la mente porque la llena de contenidos e informaciones valiosas para aplicar a diversos aprendizajes, conecta todos los hemisferios cerebrales y crea innumerables conexiones neuronales, activa el movimiento y los recuerdos.

No es la primera vez que oímos la historia de personas que han despertado de un coma al escuchar una canción o enfermos de Alzheimer que han recordado y reconocido los rostros de sus seres queridos gracias a canciones y personas sin movilidad o víctimas de accidentes o enfermedades degenerativas que han sido capaces de hacer sonar una pandereta o mover, al menos, un pie o un dedo al ritmo de la música.
Ayuda, como gran antídoto, a nuestro corazón a sentirse contento e inspirado y hacer desparecer las sombras de la angustia y depresión. Por ello, nos da fuerza y estimula en momentos difíciles. Ayuda a cambiar y transmutar nuestras emociones; a reconocerlas y modificarlas.
Con los niños se convierte en una herramienta maravillosa para que se escuchen y puedan conocer y reconocer sus emociones . También para que sean capaces, de forma más sencilla y divertida, a interiorizar hábitos, rutinas , sentimiento de grupo, a relacionarse y expresar se mejor.
Es una pócima mágica para romper el hechizo del miedo , la desidia y la falta de comunicación que nos atenaza y bloquea en varias ocasiones.
Crea conexiones de corazón a corazón; vínculos afectivos fuertes e indelebles en el tiempo.
A nivel físico nos mantiene más joviales y saludables. Quién no se ha sentido mejor después de bailare y, si ya bailas con otras personas, tanto mejor.
A nivel espiritual nos ilumina, nos hace viajar a nuestro interior y conocernos mejor, mostrar fuera lo que no sabíamos que llevabamos dentro. De hecho, la música nos ayuda a viajar, a conectarnos con otras realidades, incrrementar la vibración energética y , por ello, es una gran aliada en la meditación.
Para finalizar y, por todo ello, vuelvo a repetir: “Bravo por la Música”.
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